El sueño de Bikila Mutafha 1°

Todos estábamos amontonados en circulo alrededor de Bikila Mutafha, sentados en el pasto bajo un ingente árbol esperando a que contara su historia.  Estábamos casi todos los del equipo: El chico regordete que recién había ingresado y que era muy querido por todos. Alejandra, quién en un principio corría muy lento pero que ahora nadie la podía vencer en los 800 metros. Emil, un chico introvertido y pueril que todo lo tomaba como juego, y tantos otros... La luz del ocaso iluminaba con su tenue manto el bosque. 

-Cuándo párvulo- Comenzó a hablar con parsimonia Bikila Mutafha-. Soñaba con romper el récord del mundo de los 1500 metros y en ser campeón olímpico. Todo este sueño comenzó en las altas planicies de Etiopía, en el valle del Rift.

Todo el equipo se imaginó con vívido detalle aquéllas bellas planicies de Etiopía y todos sentimos a la vez un calor inmenso que inundó el ambiente de repente. Nos imaginamos la fauna, los animales, los bosques, los corredores keniatas y etíopes corriendo como gacelas, entre ellos nuestro legendario entrenador Mutafha. Incluso el más ingenuo e infantil dijo que si había jirafas. Todos reímos al unísono

-Unos amigos y yo íbamos rumbo a la escuela- prosiguió con su historia Bikila Mutafha- Cuando de pronto vimos afuera de una casa un aparato que para mí en ese entonces era desconocido: una televisión pequeñita, muy antigua que la veía un señor mayor muy detenidamente y que sintonizaba los juegos olímpicos de los ángeles del año 1984, precisamente viendo la prueba de los 1500 metros. Quedé fascinado, extasiado se podría decir. Y le comenté a mis amigos que yo iba a ser cómo el hombre que veía en la tele, aquél que con una rapidez increíble cruzaba la línea de meta y que en ese entonces no sabía quién era, pero que años después supe que era el gran Said Aouita. Todos mis amigos se burlaron de mí

Continuará...