Las memorias de Hasfalae 2°

Hasfalae había conocido a aquélla mujer allá por el 2014. Su relación había durado hasta 2016, y desde entonces ya no la había vuelto a ver. Hasfalae la había definido cómo "la mujer más perfecta, única e irrepetible de todo el mundo, y la mujer que más había amado hasta el momento" Aún, ocho años después, ella seguía presentándose de vez en cuando en sus sueños. Ella aparecía dulcemente en sus sueños, bajada de un palafrén angelical, como si se tratase de Beatriz que le guiase por la travesía onírica. Hasfalae la observaba detenidamente, y recordaba por qué la había considerado única: Su elevada estatura de 1:80, sus cabellos dorados que descendían tan sutilmente por debajo de sus hombros; su personalidad extravagante. Él se alegraba de volverla a ver, y su corazón experimentaba un paroxismo de alegría indecible, sus sueños parecían ser " más reales" incluso más que la vida que nosotros llamamos real cuando estamos en vigilia. Cuando Hasfalae despertaba, suspiraba; y su día se tornaba más cálido,  su alma relucía de una reciedumbre y vitalidad fuera de lo normal; y todo el día pensaba en las experiencias maravillosas que vivió a lado de ella, y de tener la dicha de haberla conocido. Llegaba a su memoria la personalidad extravagante de ella: cuando ella hacía un cosplay de un personaje de anime o de un videojuego.  sobre todo cuando la vio por los pasillos de la universidad disfrazada  de Kula Diamond del videojuego The King of Fighters 




Hasfalae se jactaba, era algo de lo que estaba más orgulloso por encima de sus demás vivencias y experiencias, él tuvo la fortuna, la dicha; los hados quisieron que los dos cruzasen caminos y conversaran de infinidad de cosas. Hasfalae era como aquél hombre del cuento de Bradbury -Calidoscopio- que recordaba felizmente cuando iba descendiendo por el espacio a una inminente muerte. Hasfalae le recordaría por siempre a esa mujer perfecta, incluso después de muerto. 






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